6. El ABC DE LA CUALIDAD HUMANA: ¿quiénes somos, quiénes podemos ser?

a cargo de Salvador Juncà

El silencio es la puerta, el fundamento de una vida de verdadera calidad humana. Podemos elegir entre vivir repitiendo modelos mentales y patrones de comportamiento aprendidos; o bien alcanzar una mayor comprensión e interés por todo, en un proceso liberador, de auténtica maduración en todo aquello que nos hace ser más humanos. Y es en el silencio donde encontramos recursos. No hablamos de recursos terapéuticos ni de autoayuda: hablamos de las bases antropológicas de la calidad humana. ¿Cómo pensarla? ¿Qué posibilidades de desarrollo tenemos entre manos? Una reflexión que nos permitirá comprender el alcance personal y social del cultivo de la calidad humana: una necesidad y un reto.

7 y 14 de noviembre
2 miércoles, de 19:00 a 20:30 h.
Aportación: 25 €

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    El ABC DE LA CUALIDAD HUMANA (Sesiones del 7 y 14 de noviembre)

    La Cualidad Humana (C.H.) no es una invención esotérica. La podemos captar por experiencia personal cuando de verdad nos enfrentamos a su sutilidad.

    También podemos hablar de ella, estudiarla con las palabras que nos puede ofrecer la ciencia (desde la antropología, la psicología, las neurociencias y las ciencias sociales). Será un conocimiento incompleto pero podemos llegar a entender las causas biológicas de la C.H. y su función en la evolución de la especie.

    Como también se puede rastrear su presencia y sus efectos en la vida de tantos hombres y mujeres, algunos de los cuales llamamos «sabios», precisamente por su ejemplo en la vivencia de la C.H. De ellos podemos sentir lo que significa ahora y que ha querido decir desde tiempos inmemoriales el cultivo de la C.H. si estamos abiertos a entender su lenguaje simbólico, y a menudo paradójico, a la hora de referirse a ella.

    No es, pues, difícil hablar. Pero no es fácil convertirse a la práctica cotidiana en personas «de calidad». Las lecturas científicas o históricas no sirven de mucho si no hay un serio intento de cambiar y crecer interiormente. Quizás a la mayoría ya nos están bien las cosas como están, ya aceptamos nuestra condición limitada a las necesidades más temporales y da pereza de moverse hacia … ¿dónde?

    Hay que afrontar los hechos, como que somos sólo unos vivientes que manifiestan de una manera efímera la vida con todas sus contradicciones, aunque esto se viva como una especie de esclavitud, que a menudo nos roe la indignación de la propia condición sufriente, que anhelamos otra cosa para dar sentido de plenitud a nuestra vida …

    Para los que vivimos con alguno de estos sentimientos, debemos saber que sólo tenemos un laboratorio para experimentar soluciones que es el propio organismo (cuerpo-cerebro- mente), que no hay atajos para vías de credulidad imaginada, que no ha seguridades en el resultado pero sólo vale la propia dedicación, que sólo hay un camino y que la llamamos Cualidad Humana.

    Ya hay demasiadas palabras y las palabras todo lo envuelven. ¿Qué es la C.H. y cómo se cultiva, cómo se profundiza? parece difícil y complicado. Pero los que han conseguido esta sabiduría pueden decir cosas como esta:

    «Como era de sencillo y poderoso todo!
    Todo es sencillo y poderoso. «

    Geneviève Lanfranchi. (Diario, 1968)