Cuando reparas en algo, dejas de arrojarte al todo.
1. Recomiento de la atención con ayuda de la respiración.
Atención a la respiración, al aliento de vida, haciendo una pequeña parada en cada cambio de ins/exp., exp./ins.
Atención al hecho mismo de existir a través de la atención en la respiración. Atención plena, desnuda al que Es, aquí.
2.
Cuando reparas en algo, dejas de arrojarte al todo.
Para venir a poseerlo todo, no quieras poseer algo en nada.
Para venir a serlo todo, no quieras ser algo en nada.
Para venir a saberlo todo, no quieras saber algo en nada.
Para venir a lo que no sabes, has de ir por donde no sabes.
Para venir a lo que no posees, has de ir por donde no posees.
Para venir a lo que no eres, has de ir por donde no eres.
(Juan de la Cruz. Subida Monte Carmelo… I,13,11)
Cada una de estas afirmaciones apela a lo existente ilimitado, pleno, aquí, en cada uno de nosotros. Apunta hacia la posibilidad de existencia plena cuando uno no se aferra a nada, ninguna posesión, ni posesión de sí mismo (otorgarse entidad, importancia); cuando se va más allá de la acumulación de conocimientos adentrándose en la comprensión silenciosa …
Que cada una de esas afirmaciones, una a una, vaya ocupando nuestra atención, sin prisa, impregnándonos, dejando que cada una pueda decir su verdad, sin interferir con otras ideas o conceptos… Nada. Dejar que cada una abra pistas, abra vías, silencie todo lo demás.
Que su Presencia sea, que tome consistencia. Que las ataduras, las expectativas, los deseos … no interfieran, no oculten, no invadan nuestra verdadera posibilidad de Ser.
Pero para ello, hay que pasar «de lo que sabes a lo que no sabes«…