Os dejo la paz, os doy mi paz, no es como la paz que da el mundo. No tengáis miedo, que no se acobarden vuestros corazones (Jn.14, 27)
La atención sopesa, mira, se impregna del sentido de esta pista..: os doy mi paz …. ¿Qué es esta paz? ¿Hacia qué apunta? ¿Qué es lo que hace falta para abrirse a la paz, para recibirla, para ser paz?
Os dejo la paz, os doy mi paz
Propósito de la práctica:
La identidad individual, construida sobre los elementos físicos y psíquicos, se apoya sobre la memoria que es la clave del andamio. Soy alguien, algo, conciencia concreta «de alguien» construida sobre recuerdos (y proyectos). Llegar a cruzar esta construcción para tomar contacto con el «Soy».
Para cruzar hay que observar, como si fueras a tientas reconociendo un muro.
Práctica:
Observación del flujo de los pensamientos para comprender cómo hacen para darme consistencia individual. No se trata de juzgar. Observar con el interrogante / propósito de poder «ser, más allá de» la película de mis pensamientos, mis recuerdos.
1. Recogimiento. Con la ayuda de la respiración: atención a la respiración, el aliento de vida.
2. Lectura pausada – meditativa de los textos
3. Atención centrada en la respiración acompañada del gesto de «dejar ir»: «soltar» el ego, al igual que «sueltas» las tensiones en el cuerpo, «soltar «….: el mismo gesto (ayudándose de alguna expresión: no soy eso, dejo ir…)