“Para entendimientos desbaratados”… Meditación a partir de un texto de Teresa de Jesús
Para entendimientos concertados y almas que están ejercitadas y pueden estar consigo mesmas, hay tantos libros escritos y tan buenos que sería yerro hiciérdes caso de mi dicho en cosas de oración. Mas de lo que yo querría tratar y dar algún remedio, (…) es de unos entendimientos tan desbaratados, que no parecen sino unos caballos desbocados, que no hay quien los haga parar: ya van aquí, ya van allí, siempre con desasosiego.
No os acongojéis del trabajo y contradicción que hay en el camino y vais con ánimo y no os canséis (…) no penséis que no tenéis fuerzas y que no sois para ello. (…) Tomad mi consejo y no os quedéis en el camino, sino pelead, como fuertes pues no estáis aquí a otra cosa sino a pelear. Id siempre con esta determinación de antes morir que dejar de llegar a esta fuente.
(Teresa de Jesús. fragmentos del Camino de perfección).
PRÁCTICA
Situarse interiormente delante del “maestro” (Jesús o alguien que sea significativo para quien realiza la práctica). Representarlo, “verlo” con la imaginación puede ayudar.
Se trata de despertar al maestro interior por medio de adoptar aquella actitud que tendríamos si nos encontráramos delante del maestro: escucha atenta, atención total, respeto, deseo de aprender, apertura, receptividad….
Con toda la fuerza de la imaginación, movilizando la interioridad, cultivar la actitud de sentarse ante el maestro. Dedicar todo el tiempo que haga falta hasta silenciarse y situarse “delante de”, para que el maestro interior pueda “decir”, que su eco pueda hacerse sentir, impregnarnos, invadirnos, moldearnos…
1. RECOGER LA ATENCIÓN AYUDÁNDOSE DE LA RESPIRACIÓN. Observación de la respiración.
2. SITUARSE “EN PRESENCIA DE”, REFLEXIÓN
Adentrar las capacidades “en presencia de”… “en presencia del Maestro interior”
El maestro interior no es una entidad diferente de mi mismo/a. Pero no es mi ego, no es mis discursos, mi monólogo, mis opiniones, mis proyectos… Callando todo eso, callándolo todo, se mostrará la “calidad profunda”, ese nivel de Certeza silenciosa, la maestría interior…
"Escuchar" la voz del maestro y procurar impregnar toda la atención y el sentir con sus palabras. Elegir algún fragmento y atender a él. Por ejemplo:
Y cuando os digan que el Reino está allí o allá, no les hagáis caso, pues el Reino está aquí entre vosotros (Ll 17, 21)
Dejarse interpelar. ¿Qué es el Reino? No está allá, no es esto o aquello, es un ámbito de sutilidad aquí, en todo, “entre nosotros”. Atender. La percepción se parará en rasgos concretos, en cosas, en personas; una y otra vez llevarla más allá, como queriendo ver a través de… Pero en paz, en total paz, sin tensiones, sin pretender alcanzar nada; en paz, la atención desea amar la realidad, desea comprender, desea dejarse guiar por la maestría interior.
3. Unas últimas respiraciones centrándose en el existir, en el existir mismo.
Sin forzarla, sin “hacer comedia”, dejar salir a la superficie la gratitud (si se da).