«Es preciso desembarazarse de Dios y de sí mismo» … se aventura a escribir Marguerite Porète (1250-1310) en uno de los diálogos que encontramos en su «Espejo de las almas simples y aniquiladas».Una y otra vez, esta beguina no deja de insistir en que no puede haber «dos»: «Él es, yo no soy» … y,pese a las amenazas, se negará a abjurar de sus ideas hasta que, condenada por herejía, muere en la hoguera. Una ocasión para acercarse a una obra que no dejó de difundirse y de traducirse, considerada una obra mayor de la mística medieval.