La humanidad entera, y no únicamente los países desarrollados, nos estamos aproximando a una nueva forma cultural y de supervivencia basada completamente en ciencias y en tecnologías. Puede parecer que este hecho está asumido al cien por cien por todas las personas, pero ¿somos realmente conscientes de este hecho?, ¿entendemos realmente qué implicaciones tiene la sociedad de conocimiento y el papel que juegan las ciencias y las tecnologías en todo este cambio cultural que estamos sufriendo?
Las sociedades industriales están siendo sustituidas por las sociedades de conocimiento, y desde los años 70, del siglo pasado, estas se están viendo alteradas en todos los ámbitos sociales, políticos y económicos, sin olvidar la vida cotidiana, por el impacto de las ciencias y las tecnologías. Este hecho es visto, por no pocos, como un mal, un elemento promovido por el capitalismo para hacernos a las personas y a la sociedad, sujetos y medio de consumismo y prácticas individualistas.
En todo esto hay parte de razón, el sistema capitalista y neoliberal, abocado a la (I)nformación, (I)nvestigación y (E)xplotación, usan todo este potencial tecnocientífico para sus propios fines sin importarle el bienestar social, en todas sus esferas, y, aún menos, el impacto que toda esta ciencia y tecnología tiene en la biosfera en el corto y medio plazo. Este modelo, que, desde el equipo de investigación en Epistemología Axiológica, denominamos sociedades IIE, es un sistema social injusto, egocentrado, explotador, discriminador, cortoplacista y poco democratizador con las ciencias y las tecnologías.
Frente a este hecho nos preguntamos: ¿debe la humanidad renunciar a la ciencia y a la tecnología? La respuesta claramente es no. Ciencia y tecnología o, mejor dicho, la técnica, ha acompañado a la especie humana desde sus inicios, sin ella la especie no hubiera podido desarrollar elementos ni herramientas para la caza, la agricultura, la construcción de edificios, medicinas, transportes, imprentas, teléfonos, ordenadores, prótesis, ni las tan hoy discutidas vacunas. En definitiva, tecnociencia y supervivencia no pueden desligarse.
Alejadas de las Sociedades de Información, Investigación y Explotación, y posicionándonos en favor de las ciencias y las tecnologías, desde el equipo de investigación en Epistemología Axiológica, hacemos un claro pronunciamiento por las Sociedades de Conocimiento. Estas sociedades han de vivir del cambio continuo y de los nuevos productos y servicios que la tecnociencia, en constate retroalimentación, generan. Son sociedades creativas que para funcionar y sobrevivir tiene que (I)nvestigar en equipo, para manejar todo el conocimiento y orientarlo hacia la cualidad humana, (D)istanciarse de todos los patrones preindustriales e industriales pasados, es decir, alejarse por completo de todo mecanismo de explotación, y (S)ilenciar los intereses particulares, para poner en valor, el bien común de toda persona, sociedad y toda la biosfera sin renunciar, por ello, a las ciencias y tecnologías.
Desde el equipo de investigación vemos a las Sociedades de Conocimiento como democratizadoras de las ciencias y las tecnologías, defendemos unas tecnociencias alejadas de todo mecanismo de explotación y con una vertiente liberadora y al servicio y calidad de toda vida. Postulamos unas Sociedades de Conocimiento más humanas, más justas y alejadas del cortoplacismo explotador.
Firmado por el Equipo de Investigación en Epistemología Axiológica del CETR