En el ámbito de la necesidad y de la dualidad, parece existir el libre albedrío. ¿Existe realmente? Donde rige la necesidad, ¿puede decirse que hay libertad?
Dice Rumí: Los profetas son deterministas en cuanto a las obras de este mundo, pero los infieles lo son en cuanto a las labores del otro mundo. Para los profetas, los trabajos del otro mundo son libre albedrío; para los necios, las obras de este mundo son libre albedrío…” [ 1 ]
El que no ha gustado el sabor de “el que es”, cree que es al contrario. Cree que el único lugar en el que hay libertad es en el mundo del ego, y cree, también, que cuando el ego no es el actor, sólo hay un determinismo ciego.
Es un error. El silencio es la raíz de la libertad. Donde hay silencio hay libertad; donde no hay silencio no hay libertad.
[ 1 ] Rumí: Mathnawî. Madrid, 2003, Editorial Sufí, Tomo I, pg. 58.