En los montes Vindhya había un aldeano muy rico que perdió una moneda de cobre. Como era muy tacaño comenzó a buscarla desesperadamente entre los espesos matorrales, mientras pensaba: con esta moneda puedo hacer algún negocio y obtendré cuatro monedas y después ocho y después más y más. Buscó la moneda durante tres días, sin percatarse de que la gente se reía de él por tan estúpida ocurrencia. Al cuarto día, en lugar de la ansiada moneda, encontró una preciosa gema. La cogió y volvió a su casa donde vivió felizmente el resto de sus días.
¿Qué es lo que le hizo encontrar aquella piedra preciosa? Sin duda, su avaricia que le obligaba a rastrear el bosque día y noche. ¡El discípulo que escucha las enseñanzas de un maestro, también obtiene una cosa muy distinta de la que busca! El avaro Kirata no habría encontrado la piedra preciosa si no hubiera buscado tenazmente su miserable moneda de cobre durante tres días.
Fragmento de: Yoga Vâsishtha: un compendio. Madrid, Etnos, 1995. p.415