La envidia, temor, ambición, competitividad, restringen y reducen nuestra conducta inteligente porque restringen nuestra visión a las áreas de nuestra envidia, temor, ambición o rivalidad, y limitan nuestras habilidades de reflexión a esas áreas. Sólo el amor expande nuestra conducta inteligente, porque sólo el amor expande nuestra visión: el amor es visionario, no ciego. (Humberto Maturana, biólogo y epistemólogo -n.1928, Chile-)