Cuanto más se olvida uno de sí mismo más humano se vuelve […] cuanto más se afana el hombre por conseguir la autorrealización más se le escapa de las manos, pues la verdadera autorrealización sólo es el efecto profundo del cumplimiento acabado del sentido de la vida. En otras palabras, la autorrealización no se logra a la manera de un fin, más bien como el fruto legítimo de la propia trascendencia. (Víctor Frankl, psiquiatra, 1905-1997)