El camino del conocimiento es el camino del silencio. Silenciarse es apartar los velos que ocultan la Realidad. Apartar los velos es vaciarse de imágenes, de asideros, de puntos de referencia a medida, de creencias que protejan frente a la inmensidad. Cuando hay coraje para afrontar la desnudez completa de la mente, es ya la Resurrección. ¿Qué arrepentimiento cabe entonces? (Marià Corbí. A la intemperie)