LA NUEVA SITUACIÓN DEL PLURALISMO RELIGIOSO.
José Mª Vigil
A primeros de enero, la Conferencia Episcopal Española condenó el libro Teología del pluralismo religioso (el Almendro, 2005) de nuestro amigo y colaborador, José Mª Vigil. Se acusa a Vigil de mantener una concepción relativista del hecho religioso, con afirmaciones incompatibles con la fe de la Iglesia Católica.
Ante la gravedad del hecho, perplejos de que en el siglo XXI continúen existiendo juicios contra la libertad de investigación y pensamiento, les invitamos a leer, en primer lugar, un texto de Vigil: La nueva situación del pluralismo religioso. En este texto, que pertenece a la obra condenada, el autor presenta los motivos y la base de su investigación.
Les invitamos a leer, también, la condena de la Conferencia Episcopal así como la carta de protesta que el grupo de reflexión de «Can Bordoi» ha difundido. La carta va acompañada de la lista de los firmantes y –si os parece oportuno- agradeceríamos vuestra adhesión o difusión de la misma.
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LA NUEVA SITUACIÓN DEL PLURALISMO RELIGIOSO
José Ma. Vigil
(este texto procede de su obra: Teología del pluralismo religioso. Córdoba, El Almendro, 2005. pgs. 21-28)
Desarrollo del tema
El tema del pluralismo religioso (PR) no es un tema teórico, que surja en la reflexión especulativa o de algunos de los pensadores que lo estén queriendo transmitir a la sociedad. El PR, su desafío, su exigencia, sus cuestionamientos, provienen de la realidad del mundo de hoy, la realidad de la sociedad actual. Y en este curso nosotros queremos “partir de la realidad actual”.
Para bien o para mal, el mundo ha cambiado en el aspecto religioso, como en el cultural. Estamos en un mundo que actualmente es un mundo “barajado”, tremendamente mezclado. Desde los albores de la humanidad, desde tiempos inmemoriales, las sociedades humanas han estado como en “compartimientos estancos”: cada sociedad en su mundo, en su pequeño mundo, en su hábitat, como encerrada en sí misma y aislada de las demás, sin conocer casi otra cosa que su propia existencia. Bien es cierto que las migraciones humanas y los intercambios comerciales datan de antiguo. Lo que queremos decir es que todo eso fue nada en comparación con lo que es hoy día. Por obra del avance y la mejora de los medios de comunicación (transporte, viajes, comunicación, telecomunicación….) las sociedades se han ido incorporando a una interacción y un conocimiento mutuos, en un proceso que se ha ido acelerando “exponencialmente”, de forma que en los últimos decenios el fenómeno sociológico mayor es la mundialización (que distinguimos de la “globalización”, palabra ésta que ha sido acaparada por el aspecto financiero y neoliberal). Mundialización significa que el mundo se está haciendo uno, que todos los elementos y dimensiones de las sociedades del planeta se están interrelacionando y haciéndose mutuamente dependientes. Esas sociedades ya no son “mundos aparte”, sino que pasan a ser miembros de un mismo conjunto social mayor, pasan a integrarse en “un solo mundo” que lasa abarca a todas como sub-sociedades.
Los viajes, las migraciones (por causas económicas principalmente), el turismo, los enlaces familiares…van haciendo que ya casi no haya partes “vírgenes” del planeta, donde vivan sólo sus aborígenes, o vivan sin relación con las otras sociedades. Igualmente, cada vez hay menos zonas aisladas del contacto y de las influencias mundiales. Cada vez más, todos nos afectamos mutuamente, en mayor intensidad, con mayor inmediatez, en redes cada vez más amplias y numerosas. [ 1 ]
Este fenómeno, que creció exponencialmente en el pasado siglo XX a medida que se desarrollaban los medios de comunicación con las nuevas tecnologías, está convirtiendo el mundo en una gran sociedad única (mundialización), una “aldea mundial” en la que las culturas y las religiones de cada sociedad, que hasta ahora vivieron aisladas y mutuamente ignorantes, se hacen vecinas y se ven obligadas a convivir. Hoy, “prácticamente todas las religiones han entrado en contacto [ 2 ]” y todas están presentes unas a otras, inevitablemente.
Antiguamente, y desde que el mundo es mundo, la vida habitual de las sociedades transcurría enmarcada únicamente en su cultura y en su religión. Ciertamente, sabían que existían sociedades con otras culturas y otras religiones, pero su lejanía hacía que esa existencia no fuese un dato con el que contar, y que con sus religiones ni siquiera fuese pensable dialogar; quedaban confinadas más bien en la esfera de la imaginación o de la clásica literatura fantástica sobre viajes a lugares exóticos.
En el mundo actual es un hecho que las religiones y las culturas se ven obligadas a convivir. Muchas sociedades son pluriculturales, están integradas por grupos procedentes de otros países, barrios habitados mayoritariamente por distintas etnias o culturas específicas. Las diferentes religiones ya no están lejos, sino en la misma sociedad, y hasta en la misma ciudad. Un simple paseo por cualquiera de las grandes ciudades puede acercarnos a templos y capillas de diferentes confesiones cristianas, a la sinagoga, a la pagoda, a la mezquita, al templo hindú o al templo Baha’í…Los creyentes de otras religiones no están ya separados por los océanos, sino que viven cerca, en la misma calle, o incluso en el mismo edificio. Ya no hace falta viajar o salir del propio ambiente para encontrarse con otros creyentes, porque ya, muchas familias tienen –sobre todo entre los más jóvenes- miembros –consanguíneos o políticos- de otra religión que la que era “tradicional” en la familia…El PR no es una teoría, es un hecho, que se acerca cada vez más a nosotros en todos los ámbitos: en la sociedad, en la ciudad, en el trabajo, en la comunicación en la familia incluso…y nadie puede sustraerse a este nuevo paisaje humano.
La pluralidad de culturas en el mundo es concienciada crecientemente como un hecho conflictivo. Después de la caída del muro de Berlín, los «ciencistas» políticos del primer mundo, que piensan que ya hemos llegado al “final de la historia” y que el problema ideológico está resuelto, han lanzado la tesis de que el conflicto principal del mundo actual ya no es económico sino cultural: son las grandes civilizaciones las que conforman los bloques en conflicto. El libro de Samuel P. Huntington, El choque de civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial [ 3 ], sería el exponente más cualificado de esta tesis. Los actos terroristas del 11 de septiembre de 2001 han acentuado todavía más la visión primermundialista de que el conflicto es civilizacional, cultural. Lógicamente, en ese enfrentamiento de bloques culturales, el pluralismo religioso está en primera línea, dado que los bloques culturales se solapan en buena parte con los bloques religiosos.
Aparte d esa convivencia física -pacífica o conflictiva- entre las personas de diferentes religiones, está la convivencia del conocimiento. Hoy ya conocemos o podemos conocer las religiones con una profundidad que hasta ahora no había sido posible a nuestros antepasados.
En cualquier sociedad desarrollada ha hoy libros buenos, serios, documentados, profundos y asequibles, que ponen al alcance de cualquiera un conocimiento válido y suficiente sobre muchas de las religiones del mundo. Los mejores antropólogos culturales venden tanto como los teólogos, y los libros sagrados orientales venden tanto como la Biblia. En Occidente al menos se acabó aquel tiempo en el que en cada sociedad sólo estaban a disposición libros que defendían apologéticamente la religión oficial “contra”las demás.
Basta “peinar” los numerosos canales de televisión que están disponibles en muchos países [ 4 ] para comprobar que casi en cualquier momento del día o de la noche algún canal está ofreciendo un reportaje sobre una religión indígena americana, o sobre unos monjes de una religión oriental del sudeste asiático, o una entrevista serie y concienzuda con un pensador filósofo que defiende posturas agnósticas o ateas…
Las tecnologías de la información y de la comunicación (TICs) de ámbito mundial, que han creado la posibilidad de un encuentro humano ininterrumpido y en vías de tener alcance universal, han creado también la posibilidad de un encuentro interreligioso mundial. “El instrumento unificador de los sistemas electrónicos de comunicación de ámbito mundial crea un foro para el encuentro mundial de la diversidad religiosa. Ya no podemos evitar el encuentro interreligioso. Las otras religiones se nos han hecho próximas en el encuentro con nuestros vecinos. Ya no pueden ser tratadas como sistemas de creencia abstractos representados en culturas extranjeras, o prácticas religiosas ejecutadas a una distancia segura en tierras lejanas. Tienen rostros humanos: los rostros de nuestros vecinos”. [ 5 ] Hoy, casi podríamos decir que, si no dialogamos interreligiosamente con cualquier de las grandes religiones, es porque no hemos tomado la iniciativa, pero que nuestros posibles interlocutores están ahí, a nuestro alcance.
Novedad histórica
Somos la primera generación en toda la historia de la humanidad que se encuentra en esta situación. Es la primera vez que una gran parte de la Humanidad vive en un ambiente religioso realmente plural. Es la primera vez que la parte de la Humanidad que se ha pasado la vida sin relación con personas e instituciones de otras religiones, tiene ahora en sus manos esta posibilidad: si no practicamos el diálogo interreligioso es por falta de costumbre y porque nos falta imaginación, no porque sea una posibilidad fuera de nuestro alcance. Por su parte, la conciencia de la nueva generación que surge tiene que habérselas con un oferta de sentidos (culturales y religiosos) no sólo plural, sino enormemente plural, y, por supuesto, no convergente ni armonizada, sino de un pluralismo simplemente yuxtapuesto, sin ordenamiento ni diálogo interno (hasta ahora). Es una transformación que supone una “verdadera revolución en la conciencia religiosa de la Humanidad; estamos viviendo en un momento de la historia en el que el acceso a las diferentes religiones tiene una amplitud y una profundidad sin precedentes” [ 6 ].
“La marcha del mundo y su cultura, así como el contacto vivo entre las diversas religiones nos ha hecho muy conscientes de que la vivencia religiosa se encuentra en una situación nueva; y en aspectos importantes, radicalmente nueva“ [ 7 ].
Pero las religiones no son teorías: son personas creyentes, personas de carne y hueso. Y podemos ver la transformación y el influjo que la religión hace en su vida, su santidad incluso. Lo cual nos da un “conocimiento vivencial” de esas religiones, mucho más influyente que el conocimiento teórico que nos dan los libros sobre sus doctrinas o teologías.
En algunos ambientes esto es ya una realidad: por ejemplo en el mundo de los jóvenes universitarios. Hijos libres e inquietos de una generación que estuvo acostumbrada a respuestas hechas y heredadas, hijos simultáneamente de los medios de comunicación (ante los que han pasado más horas que ante sus profesores), ya no aceptan espontáneamente planteamientos monoreligiosos “porque sí”; ante cualquier planteamiento ético o filosófico de ultimidad ellos preguntan cuál es la respuesta de otras religiones; quieren comparar, tal vez quieren escoger lo mejor. No se sienten ya espontáneamente vinculados a una religión que sería para ellos “la” religión. Se sienten personas libres, sin “vinculación oficial” a una religión concreta, ciudadanos de un mundo plurirreligioso, en el que pueden discernir y elegir la religión. La perspectiva del pluralismo religioso ha entrado ya, sin duda, en la conciencia de la generación más joven [ 8 ].
Causas
Cuatro grandes factores causan la actual situación de pluralismo religioso, según lo ve Jean Claude Basset: “Lo interreligioso es un fenómeno social y cultural a la vez. En sentido social se trata de la interacción de minorías religiosas importantes y activas (una situación que caracteriza al subcontinente indio desde hace mucho tiempo, aunque también a la Europa occidental contemporánea, con la presencia de millones de musulmanes y de comunidades budistas, hindúes o sikhs, junto a cristianos y judíos), trabajadores emigrados, refugiados económicos y refugiados políticos, estudiantes, ejecutivos profesionales que por su trabajo llevan un tipo de vida cosmopolita como ciudadanos internacionales o ciudadanos del mundo; está también la multiplicación de los matrimonios mixtos en sentido religioso y la formación religiosa de los niños; está también la difusión de informaciones y de emisiones religiosas diversificadas en los medios de comunicación” [ 9 ].
Desafíos
Esta situación provoca (sobre todo a la generación que nació en una época de sociedades de una sola religión) profundos desafíos: “la visión del mundo coherente y segura se encuentra conmocionada por el contacto con otras perspectivas, la escala de valores establecida sufre la competencia de otros valores y otras normas. No sólo se ha ensanchado el campo de los conocimientos, sino que se pone en tela de juicio la misma noción de la verdad. La filosofía occidental se convierte en una corriente de pensamiento entre otras, como la musulmana, la india, la china, etc.” [ 1 0].
Esta interpenetración de las sociedades, con sus culturas y religiones, que se hacen presentes unas en otras, interpenetrándose, llenándose de PR, es un fenómeno nuevo) es nuevo que se dé con estas dimensiones mundiales), y en ese sentido, acaba de comenzar.
No sabemos qué va a dar de sí. No sabemos cómo va a ser el hombre y la mujer que llegarán a ser los niños que hoy crecen en este pluralismo religioso que ha venido para quedarse. Todavía no podemos hacer las reflexiones que haremos dentro de 30 años, cuando esta nueva generación, nacida y crecida en este ambiente pluralista, tome la palabra y nos diga cómo percibe el mundo desde su experiencia, una experiencia que nosotros, los que nacimos y fuimos configurados en otro ambiente, no de PR sino de singularidad cultural y religiosa, no podemos imaginar.
La Humanidad, las más de 800 generaciones humanas que se dice que han pisado este planeta, han vivido siempre convencidas de que la realidad era UNA forma determinada, la forma en la que su cultura y su religión se la describían y presentaban. En el curso de la presente generación la Humanidad está pasando a convivir con la presencia cercana y permanente de todas las religiones y culturas llamadas “universales”, que tienen que convivir compitiendo unas con otras en la presentación de sus ofertas de sentido.
Un cambio pues sustancial se está dando en la historia de la Humanidad. Estamos siendo testigos de él. Y ésta es la realidad de la que queremos partir, el contexto en el que queremos plantearnos nuestras preguntas sobre el pluralismo religioso.¿Qué repercusiones va a tener o está teniendo ya este pluralismo que se da en realidad? ¿Qué transformaciones va a implicar o a exigir en las religiones mismas? ¿Pueden las religiones que vivieron siempre en su propio mundo, sin presencia de otras religiones, seguir diciendo y repitiendo lo mismo que dijeron siempre, en otro contexto totalmente diferente? ¿Es de prever una transformación profunda de las religiones? ¿Producen miedo estos cambios? ¿En quién? Pero, mirando con ojos religiosos, ¿podría decirse que esta situación, a la vez que un desafío de Dios a las religiones, puede ser una gran oportunidad, un “kairós”? ¿En qué sentido?
Textos antológicos para leer y comentar
Cerca de 450 imanes presiden las oraciones en unas 500 mezquitas repartidas por toda Holanda.
Según datos de los centros oficiales de estadística, en el año 2015 cerca de un 50% de los habitantes de las cuatro urbes –Amsterdam, Rótterdam, La Haya y Utrecht- procederá de minorías étnicas. De éstos, un 80% será musulmán. (El País, 5 de octubre de 2002.)
En España, el islam no es un credo ajeno a los españoles. Las estadísticas lo sitúan como el más numeroso después de la Iglesia católica, dado su crecimiento en los últimos años, alentado por la riada migratoria. Más de medio millón de residentes son seguidores del islam, y la cifra se mueve al alza. (El País, Madrid, 19 de septiembre de 2001).
Según el Sunday Times del 11 de mayo de 1997 el número de musulmanes practicantes en Gran Bretaña va a superar al de los anglicanos practicantes el año 2002. Datos de 1995 indicaban 536 mil musulmanes practicantes contra 854 anglicanos practicantes; dentro de pocos años se prevé que las cifras serán: 760 mil fieles para el islam y sólo 756 mil para la Iglesia anglicana. Adista 39 (maggio 1997) 10-11.
Ya hay más de mil millones de musulmanes en el mundo. El islamismo sobrepasó al catolicismo en el número de fieles en 1986 y continúa creciendo. A ese ritmo, serán 1100 millones de creyentes en el año 2000. El número de adeptos aumenta incluso en áreas tradicionalmente cristianas, como en Europa, Africa Occidental y Estados Unidos. Y hasta en Brasil: Revista “Super interessante” (mayo 1997)59.
Pueden verse los datos principales de las religiones del mundo, actualizados, en “Panorama de las religiones ene. Mundo y en América Latina”, por Franz Damen, en la Agenda Latinoamericana 2003 , págs. 36-37. También en: http://latinoamericana.org/2003/textos/Damen.htm
Estamos sorprendidos de descubrir que, en EEUU, hay más estadounidenses musulmanes que miembros de la Iglesia Presbiteriana de EEUU, y más musulmanes que judíos –en torno a seis millones-. Quedamos atónitos al saber que Los Angeles es la mayor ciudad budista del mundo, con una población budista que cubre todo el rango de budismos asiáticos desde Sri Lanka a Korea, junto con una multitud de estadounidenses budistas nacidos en EEUU. A lo ancho del país, el número de personas de todo el espectro budista puede alcanzar los cuatro millones.
EEUU se ha convertido en el país más religiosamente diverso del planeta.
La nueva era de emigración es diferente de las anteriores no sólo en su magnitud y complejidad, sino también en su misma dinámica. Muchos de los emigrantes que vienen a EEUU hoy día, mantienen fuertes lazos con sus países de origen, mediante viajes y redes de comunicación transnacional, correo electrónico y fax, líneas telefónicas satelitales y noticieros de televisión por cable. Consiguen vivir aquí y allá en todas las formas en que las modernas comunicaciones han hecho posibles.
(Eck, Diana L. A new religious America. How a «Christian Country» has become the world’s most religiously diverse nation. New York, 2001. p. 3-5)
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Notas. 1.- «Las transformaciones tecnológicas actujales se entrelazan con otra transformación, la mundialización, y juntas van creando un nuevo paradigma: la era de las redes» PNUD, Informe sobre el desarrollo humano 2001. Mundi-Prensa, México 2001, p.12. — 2.- Torres Queiruga, Andrés. l diálogo de las religiones. Sal Terrae, 1992, p. 38. y La revelación de Dios en la realización del hombre. Cristiandad, 1987. 390-391. — 3.- Paidós, 1997. — 4.- Dicen las previsiones que estamos acercándonos un tiempo en el que en cualquier parte del globo se podrá sintonizar unos quinientos canales de televisión. — 5.- Schwöbel, Christoph. Encontro inter´religioso e expriencia fragmentària de Deus. Concilium 289-2001/1, p.114. — 6.- Arthur, Chris. Religious pluralism. A metaphorical approach. The Davies Group, Colorado 2000, p.1 — 7.- Torres Queiruga, A. El diálogo de las religiones en el mundo actual, en el Vaticano III. Herder- El Ciervo, 2001, p. 69. El énfasis es nuestro. — 8.- Davis, Charles. Christ and the world Religions. Herder&Herder, New York, 1971. p.25. — 9.- Basset, Jean-Claude. El diálogo interrelgioso. Desclée de Brower, 1999, p.7. — 10.- ibid.