4a. Meditación orientada con La nube del no-saber (texto anónimo inglés, s.XIV)
TEXTO:
Has de comprender que aunque te haya dicho que olvidaras todas las cosas excepto la conciencia consciencia de existir, en toda su desnudez, incluso esta conciencia debes olvidar y mantenerte en la conciencia del ser de Dios. Por esta razón te he indicado al principio que Dios es tu ser. (…) Para que pudieras hacer este paso es por lo que te sugerí que te adentraras en la conciencia desnuda y ciega de tu propio ser, pues mediante la perseverancia en este ejercicio te adentrarás en la conciencia del ser de Dios. (…) despojándote de todo rasgo de conciencia personal te revistes de la conciencia de Dios mismo. Esto es lo que hace el amor perfecto: se despoja totalmente de si mismo por amor a aquel a quien ama, no sólo por un instante sino para siempre.
(fragmento de la Carta espiritual).
1. Nos detendremos en la observación del existir en nosotros mismos. Notarlo, conscientemente. No «aquello que soy»: cuando el que me venga a la cabeza sea «soy esto, esta tarea, este lugar en la familia, este proyecto…» no hacer ningún caso. Una y otra vez intentar tener, más y más presente, el hecho puro de existir. Guiar la atención interior con palabras que nos puedan ayudar: «aquí hay una existencia», «el existir que late, aquí», «una vida que se despliega», «aquí, una vida hace su curso», «el existir, aquí en mí».
2. Con cada inspiración, mantenerse en interrogación: ¿qué es? ¿qué es lo que es?
De pies a cabeza mantenerse como una pura interrogación abierta a recibir la respuesta, apartando palabras, ideas, todo, en vacío abierto….