12ª Práctica Viaje a Ixtlan

 12.

 (A partir de: Viaje a Ixtlan, síntesis)

 

O nos aburrimos con el mundo, o nos quejamos, o vamos pasando…

 Mi interés ha sido convencerte de que debes hacerte responsable por estar aquí, en este maravilloso mundo, en este maravilloso tiempo. Quise convencerte de que has de aprender a hacer que cada acto cuente, pues vas a estar aquí sólo un rato corto, de hecho, muy corto para presenciar todas las maravillas que existen. (122)

Cambiar de actitud ya es un paso inmenso. Un paso resultado de que seamos capaces de «cazarnos», de cazar nuestro «conformismo» y de transformarlo en actitud de “estrategia»: estrategas de nuestras propias vidas, para vivirlas como de verdad deseamos vivirlas.

¿Qué nos pasa? ¿Qué nos detiene? ¿Nos falta convencimiento? No acabamos de ver de verdad la diferencia? O no confiamos en nuestras posibilidades? No confiamos en que el cambio de chip está en nuestras manos? Qué estoy esperando? Y si continúo en actitud «de espera» … cuál será el resultado?

La invitación de este rato será trabajar para acrecentar este convencimiento; invitación a «cazar» nuestro «conformismo»; quizás podemos descubrir algún motivo que nos mantiene frenados (o tomar más conciencia). Invitación a sacudirnos. Que algún día no muy lejano podamos tomar la firme decisión de que «cada acto cuente«; cada acto, cada día, cada semana…

 

Un guerrero crea su propio ánimo. (171) Un guerrero no es una hoja a merced del viento (172) Lograr el ánimo de un guerrero no es cosa sencilla. Es una revolución. (173) 

Un guerrero trata siempre de afectar la fuerza de hacer cambiándola en no-hacer. (263)

Lo que importa es la estrategia de tu vida. (…) Debes aprender un ‘hacer’ totalmente distinto, el ‘hacer’ de la estrategia. (311)

 

La recopilación que sigue nos pueden ayudar a ahondar en ese convencimiento. Nos lo recuerdan, nos recuerdan que vale la pena, y que de nosotros depende. Los leeremos pausadamente. Cada uno puede allá donde el texto se lo sugiera. Como queriendo alimentar el convencimiento de: «vale la pena» y «es posible». Puedo. No es necesario tener ninguna característica especial. Se trata de comprensión. Una comprensión que nos da convencimiento y fuerzas. 

– Vale la pena (¿Por qué? ¿Cuál es la alternativa, sino? …)

– Me imagino en una actitud diferente, lo valoro.

– Es posible, puedo. (¿Qué aspecto quiero reforzar? ¿alguna estrategia?)

¿Cuál es ese pequeño paso que me puede ayudar a cambiar de actitud? A dar más continuidad a un «no-hacer» que afecte a mi habitual «hacer» repetitivo y conforme…

 

 

La última batalla sobre la tierra 

De nada sirve estar triste y quejarse y sentirse justificado de hacerlo, creyendo que alguien nos está siempre haciendo algo. Nadie le está haciendo nada a nadie, mucho menos a un guerrero. ( 159)

…La pena no encaja con el poder-dijo-. El ánimo de un guerrero implica que el guerrero se controla y al mismo tiempo se abandona. (160)

Me aseguró que parar lograr la hazaña de sentirme desdichado, yo debía trabajar en una forma muy intensa, y que era absurdo el que nunca me hubiera dado cuenta de que lo mismo podía trabajar para sentirme completo y fuerte.

– El chiste está en lo que uno recalca –dijo-. O nos hacemos infelices o nos hacemos fuertes. La cantidad de trabajo es la misma. (256)

 [el ‘hacer’ encoje]. Por eso lo que hace un guerrero cuando quiere parar el mundo es agrandar una piedrita, o cualquier otra cosa, por medio del ‘no-hacer’. (263)

… Ya sé que te crees podrido-dijo-. Ése es tu “hacer”. Ahora, con el fin de afectar ese “hacer”, voy a recomendarte que aprendas otro. De ahora en adelante, y durante un lapso de ocho días, quiero que te digas mentiras. En vez de decirte la verdad, que eres feo y estás podrido y no tienes remedio, te dirás exactamente lo contrario, sabiendo que mientes y que no hay esperanza para ti.

-Pero cuál sería el objeto de mentir así, don Juan?

– A lo mejor te engancha otro “hacer”, y a lo mejor entonces te das cuenta de que ambos “haceres” son mentira, son irreales, y que prenderte en cualquiera es una pérdida de tiempo, porque lo único real es el ser que hay en ti y que va a morir. Llegar a ese ser, al ser que va a morir es el “no-hacer” de la persona. (276-277).

 

Una inmensa cantidad de mezquindad se pierde con sólo que tu muerte te haga un gesto… (62) La muerte es la única consejera sabia que tenemos. Cada vez que sientas que todo te está saliendo mal, vuélvete hacia tu muerte y pregúntale si es cierto. Tu muerte te dirá que te equivocas; que nada importa en realidad más que su toque. Tu muerte te dirá: “todavía no te he tocado.”(63)

*

Lo que estás haciendo ahora puede ser tu último acto sobre la tierra. No hay poder capaz de garantizar que puedas vivir un minuto más. (…) Si esto fuera tu última batalla, yo diría que estás desperdiciando en tonterías tu último acto sobre la tierra. (123-124).

… Los actos tienen poder – dijo-. Sobre todo cuando la persona que actúa sabe que estos actos son su última batalla. Hay una extraña felicidad ardiente en actuar con el pleno conocimiento de que lo que uno está haciendo puede muy bien ser su último acto sobre la tierra. Te recomiendo meditar en tu vida y contemplar tus actos bajo esa luz. ( 125)

… Pon tu atención en el lazo que te une con tu muerte, sin remordimiento ni tristeza ni preocupación. Pon tu atención en el hecho de que no tienes tiempo, y deja que tus actos fluyan de acuerdo con eso. Que cada uno de tus actos sea tu última batalla sobre la tierra. Sólo bajo tales condiciones tendrán tus actos el poder que les corresponde. De otro modo serán, mientras vivas, los actos de un hombre tímido. ( 127)

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