Canto a la libertad
¿Dónde andas, libertad? ¿Has andado alguna vez? ¿Qué lugares? ¿En qué tiempos? Alguna vez hemos sentido como una ligeraza interior, el paso sin peso, el vagar sin anhelo, y nos hemos dicho: es la libertad. Daba gusto. Ir sin circunstancia, cerca del amor, del amor a la libertad, por los caminos interiores, sin arrastres, alto en los pensamientos, subido en no se sabía qué alas (las de la libertad), hacia mundos donde la sumisión no tenía nombre, donde el roce no contaba, libre el anhelo, entre divinos seres naturales, estaciones de hermosuras (y el amor por todas partes) y la elección sin pena, la andanza sin carga, la esperanza en la mano (y el amor por todas partes), sin ciudades, habitaciones ni paredes terminantes (y el amor por todas partes). Libertad, ¿dónde huiste? Ya sé que no hay cómo tenerte, tú, cometa sin hilo, ni cómo decirte, tú, oído del mundo, o cantarte, tú, canción de las cosas, ola sin playa, oh libertad que me tienes y no me coges. Ya sé, libertad, que eres imposible y por eso más amada, que eres aire y por eso vivimos, que empujas a la esperanza, que eres río y nos llevas al mar que eres en ti misma, en donde nos viertes y nos confundes y nos unes al clamor de tus olas eternas e incesantes.
José Antonio Muñoz Rojas
Las sombras, Editorial Pre-Textos, 2007